Laura, de Baberos y Claquetas, hizo que me emocionara muchísimo en el post de presentación del nuevo premio que ha creado, el Premio Amor de Madre. Ya sabéis que para mí es algo especial que otras blogueras te concedan premios, pero este es el premio más bonito que me han concedido nunca porque no sólo reconoce mi labor como bloguera, también lo hace con mi labor como madre. Y no podría describirlo mejor de lo que lo hace ella: “por qué os lo merecéis infinitamente a cada segundo que le dedicáis a vuestros hijos, por las noches de insomnio, las risas, los llantos, por ese espíritu fuerte que nos une a todas como mujeres, como madres“.
Sólo tiene una regla: compartir aquél momento que se nos quedó, como madres, grabado a fuego en el corazón y el alma, aquél momento tan especial que recordaremos para siempre que nos brindó nuestro/a hijo/a. Y cierto es que, como madre, son muchísimos los momentos especiales, los que no olvidaremos jamás. Desde tenerles dentro, verles nacer, crecer y aprender nuevas cosas cada día que nos llenan de orgullo y son nuestro motor. Pero siempre, siempre hay uno que, quieras o no, se graba más a fuego que el resto. Y éste es el mío…
Había estado rara todo el día y tu, como si notaras que yo no estaba bien, reclamabas más atención que nunca. Pese al malestar te acuné todo el día, te amamanté, te mimé e hice lo que tu me pedías y a mí me apetecía pese a la fiebre, el dolor y ese frío en los huesos. Eras sólo un bebé de unas semanas. Te puse en tu cunita, junto a mi cama, para ver si las dos podíamos dormir un rato. Cada vez tenía más y más fiebre, tu dormías plácidamente en tu cuna. No podía tomar nada, paracetamol y ya, que todo pasa a la leche. Hay que aguantar. Te despertaste para mamar y al oírte llorar no sabía ni en que mundo estaba, todo me parecía un sueño lejano, un delirio.
Me levanté como pude y te metí en mi cama. Tu encontraste rápidamente mi pecho. Ese pecho que tanto consuelo te daba y que, por aquellas, a mi tanto me dolía porque era un nido de grietas del ser aprendices las dos. Todo se juntó, la fiebre y el dolor del pecho, yo no me encontraba bien, me sentía morir, y tú me necesitabas, me reclamabas, me exigías. Me sentía morir y no podía ni quedarme quieta para paliar, ni que fuera un poco, ese frío intenso que sentía pese al nórdico y las mantas, ese frío que se te mete hasta los huesos. Necesitaba descansar y no podía hacerlo. Estaba fatal.
Me puse a llorar. Primero casi sin que se notara, luego más y más fuerte. Papá se despertó y me abrazó por detrás, me dio la mano durante un buen rato. En ese momento tu paraste de tomar del pecho y nos miraste fijamente. Tu manita acarició mi cara, después lo hizo con mi pecho. No mamaste más aquella noche, pero no pude devolverte a tu cuna, querías estar con nosotros. Cedí, te quedaste a un lado, papá al otro. Dormiste toda la noche del tirón (como muy pocas veces hacías de bebé) y abrazada a mí.
Entonces me dí cuenta de lo afortunada que era, de la preciosa familia que había formado. De que si yo iba a estar siempre ahí para ti, siempre podía contar contigo. Aun con tus pocas semanas de vida, entendiste que necesitaba mi tiempo, mi espacio, para recuperarme y poder estar de nuevo al cien por cien contigo. Me entendiste sin que te dijera nada, como yo empezaba a entenderte a ti. ¡Seríamos un gran equipo!
Nomino a todas aquellas mamis que quieran revivir uno de sus mágicos momentos y quieran compartirlo, si no tenéis blog lo podéis hacer en un comentario, o dónde queráis, porque este premio es de todas. Porque todas, a nuestra manera, somos la mejor madre que podemos ser, la mejor para nuestros hijos, y todas hacemos lo que creemos mejor para ellos. Así que ya era hora que alguien reconociera nuestra labor y el gran esfuerzo que hacemos por ser madres, esposas, profesionales, trabajadoras, estudiantes (y blogueras)!
¿Qué os parece?¿Os animáis?
31 Comments
Melli Mamá
11 octubre, 2014 at 12:59Que bonito Eulalia! Es increible como podemos dar de nosotras aun cuando parece que has llegado al limite de tus fuerzas. Y la mayor compensacion es siempre una tierna mirada y una suave caricia de nuestros peques, ese amor puro e inocente que todo lo cura. Un beso fuerte!
Eulàlia Carbonell
12 octubre, 2014 at 10:16Pues sí, parece que no uedes más y sacas fuerzas de no sé dónde! Cierto. Ellos todo lo curan. Un besazo guapa!
El Rinconcito de Mamy
11 octubre, 2014 at 13:51Q lindo! Impresionante como tan pequeñitos entienden lo q pasa y son capaces de consolarnos con una caricia.
Eulàlia Carbonell
12 octubre, 2014 at 10:16Exacto, parece mentira como lo entienden todo y con amor lo arreglan todo. Es genial. Un besazo preciosa!
Gololo Toin
11 octubre, 2014 at 14:24Qué bonito! Son momentos muy duros el comienzo, pero merecen taaanto la oena! Un besote!
Eulàlia Carbonell
12 octubre, 2014 at 10:17Eso mismo les digo yo a todas las embarzadas, los principios son muy duros, pero compensa con creces poder vivir momentos como éste que os cuento. Un besazo guapa!
El desvan de vicensi
11 octubre, 2014 at 14:44Un premio precioso. Besos
Eulàlia Carbonell
12 octubre, 2014 at 10:17La verdad que sí, para mí el mejor que he recibido. Un besazo
Elisabet Hervás Uceda
11 octubre, 2014 at 16:06precioso!!! estáis tan unidas que entendió que mami necesitaba unas horas para ella, un beso guapa!!
Eulàlia Carbonell
12 octubre, 2014 at 10:18Sii! Y dormimos plácidamente los tres y yo me levanté mucho mejor y sin fiebre! Es increible. Un beso guapa!
Piruleta Infinita
11 octubre, 2014 at 15:46Es precioso! Estos bebés son los mejores!
Un beso muy gordo!
Eulàlia Carbonell
12 octubre, 2014 at 10:18Los mejores del mundo! Un besazo preciosa!
maria antònia
11 octubre, 2014 at 18:11ohhh quina tendresaaa!!!
Eulàlia Carbonell
12 octubre, 2014 at 10:18Gràcies guapa! 😉
Mama Blogger
12 octubre, 2014 at 10:22Felicidades por el premio!!!! 🙂
Eulàlia Carbonell
13 octubre, 2014 at 15:41Gracias! También es para tí 😉
Mama De Verdad
12 octubre, 2014 at 12:31Muy bonito. Es verdad que este es uno de los premios más bonitos que hay.
Ser madre es lo más bonito y te da cosas que nada en la vida lo hace.
Un besazo guapa
Eulàlia Carbonell
13 octubre, 2014 at 15:41Totalmente de acuerdo preciosa! Un besazo
El Desván de Hugo
12 octubre, 2014 at 17:01Precioso, nuestros niños son lo mejor del mundo!!!
Eulàlia Carbonell
13 octubre, 2014 at 15:41Si que lo son! Espero tu anécdota recibiendo el premio, eh? 😉
Vanesa Balboa
12 octubre, 2014 at 18:20Una historia preciosa, sin duda mereces el premio.
Bs
Eulàlia Carbonell
13 octubre, 2014 at 15:42Todas lo merecemos! Somos las mejores madres del mundo para nuetsros peques 😉 Recógelo tu también, me encantará leerte. Un besazo
Mª Antònia Perelló tarragona
13 octubre, 2014 at 07:55Quina emoció… formau un gran equip, una gran familia! Us estimo
Eulàlia Carbonell
13 octubre, 2014 at 15:42Gràcies preciosa!! Nosaltres també us estimem un munt! 😉
Baberos Y Claquetas
13 octubre, 2014 at 14:48Precioso y emotivo momento. Pensamos que están sin estar y en cambio se enteran de todo, ese vínculo que nos unía cuando estábamos embarazadas para mí se fortalece fuera. Dicen que no nadie nos conoce mejor que nuestros propios padres, pero yo creo que en esa frase habría que añadir que nadie nos conoce mejor que nuestros hijos. Sois un equipo genial, un besazo princesas!
Eulàlia Carbonell
13 octubre, 2014 at 15:43Totalmente de acuerdo contigo. Gracias por esta preciosa iniciativa, me ha encantado revivirlo. Un besazo guapa!
sygs, socorro que soy mama
14 octubre, 2014 at 07:19Que bonito…. Esos momentos son unicos y permaneceran en tu memoria para siempre, disfruta de la princesa. Un besazo
Mama Puñetera
19 octubre, 2014 at 07:35Un momento precioso, duro, pero precioso! Es difícil cuando no estas al cien por cien, estar por ellos, como madres parece que ya no podemos ni ponernos malas, pero ellos en el fondo captan esos momentos perfectamente y nos dan un poco de cuartelillo, jejeje
Besos guapa
Por Siempre mama
3 marzo, 2015 at 00:08Muy Hermosa Experiencia!!! a eso se le llama amor de madre. Bendiciones!
Mamá&nené
4 marzo, 2015 at 22:59Es una bella historia… es increíble lo perceptivos que pueden ser los bebés, estoy segura (porque lo he vivido también), que parte del malestar de tu bebé fue el sentirte angustiada y al quebrarte tú y llorar pudiste conseguir algo de tranquilidad y trasmitírsela inconscientemente a tu bebé para que pudiera descansar. Como dices, son un equipo, no necesitan siquiera hablar para entenderse, solo sentirse.
Gracias por compartir una historia tan íntima y hacerla parte también de Maternidad de la A a la Z. Besos.
Mis chic@s y yo
12 marzo, 2015 at 18:13Preciosa historia, y felicidades por el premio!! Feliz semana