Si nos sigues en nuestro Instagram ya sabes que nos pasamos media vida (fines de semana, festivos y vacaciones) en la finca familiar porque nos encanta el campo y allí las peques están en su salsa. Pero cuando vamos a la finca no todo es jugar y divertirse, también hay que mantenerla y cuidarla.
Desde siempre hemos intentado implicar a las niñas en las tareas propias: dar de comer a los animales que tenemos, limpiarla, cortar el césped, quitar las malas hierbas, podar los árboles… Lo hacemos entre todos y les damos a ellas pequeñas responsabilidades (en función de su edad) para que nos ayuden. A ellas les encanta porque les da autonomía, les hace sentirse mayores y responsables, y a nosotros nos gusta que se impliquen y aprendan a querer a su entorno y a conocer sus raíces.
Así que cuando nos ofrecieron probar la Motosierra eléctrica de Skil pensamos que nos vendría genial para esas labores de poda y corte que necesitamos llevar a cabo en la finca. ¡Nos venía genial! Nada más recibirla nos pusimos a ello. Que nadie se me alarme que las niñas ni la tocaron 😉
Aprovechamos para podar y dar forma a los setos y las palmeras, así como para cortar algunos troncos. Obviamente éramos mi marido y yo quienes la usamos y probamos, y ellas nos ayudaban a recoger y transportar lo cortado. No sé si también te pasa en casa, pero en la nuestra ellas siempre quieren ayudarnos, y más si ven que lo hacemos los dos. Así que, casi sin quererlo, improvisamos un plan de jardinería en familia.
Ésta era una de las tareas más engorrosas de la finca, puesto que hasta ahora no disponíamos de una herramienta tan práctica y precisa. La verdad es que su manejo es maravilloso y corta genial, así que acabamos bastante rápido la tarea que teníamos entre manos y luego aprovechamos para jugar y recogerlo todo en familia.
Además, aprovechamos para explicarles la importancia de la poda y de sanear los árboles, de cuidarlos, de cuando hay que hacerlo… Sin darse cuenta aprendieron un montón de cosas sobre la flora que tenemos en la finca. Y es que el contacto con la naturaleza es maravilloso, pero el conocimiento y el amor hacia ésta son esenciales. Si queremos dejar un mundo mejor a nuestros hijos hay que enseñarles a quererlo y a cuidarlo.
Ellas encantadas de contribuir con la tarea y nosotros conscientes de la importancia de lo que estábamos haciendo para que aprendan a querer su entorno más cercano y a valorar lo que las rodea. Pienso que es muy importante y tiene muchas ventajas dejar que los niños colaboren en la jardinería. Por ejemplo:
- Hace que, casi inconscientemente, aprendan mucho sobre flora y sobre las necesidades de ésta.
- Sirve para afianzar conceptos y vocabulario que de otro modo igual no trataríamos, o no lo haríamos tanto.
- Contribuye a su autonomía.
- Contribuye a su autoestima.
- Hace que valoren mucho más el medio natural que les rodea.
- Genera nuevas preguntas y nuevas inquietudes.
- Se pasa un agradable rato en familia (tiempo de calidad).
- Son conscientes de que las cosas hay que cuidarlas.
- Se divierten.
- Entienden la importancia del proceso y de dejarlo todo limpio y listo para la próxima vez.
- Aprenden a aprovechar lo que tienen.
- Es jugar al aire libre.
Una vez terminadas las tareas nos pusimos a recoger y ordenar los restos de la poda, los troncos, las hojas… Y aprendieron que todo es reutilizable y reciclable, que todo sirve para algo.
Así que, como ves, le sacamos mucho provecho a la prueba y uso de esta herramienta de jardinería. Y, como siempre, aprendimos mucho de las peques y de sus preguntas.
¿Qué te parece hacer partícipes a los peques de este tipo de tareas? ¿Tenéis herramientas de jardinería en casa?
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