A priori podría parecer que los adolescentes pasan de este tipo de actividades, que son para niños más pequeños, o que no vamos a conseguir “engancharles” con algo tan simple. Nada más lejos de la realidad. Y hablo desde la propia experiencia cuando digo que hacer un pasaporte lúdico para un viaje de estudios, de secundaria, va a ayudarnos a convertir ese viaje en algo inolvidable y nos va a regalar momentos maravillosos.
Inspirada por Juls, de BAM! Ocio alternativo familiar, se me ocurrió hacer un pasaporte lúdico para el viaje de estudios de cuarto de la ESO a Berlín. Ella había hecho un pasaporte para su hijo en uno de sus viajes, y me pareció una idea maravillosa que quise experimentar con adolescentes. En otro post os contaré en qué consistió y os hablaré a fondo del pasaporte, pero hoy quiero hablaros de por qué es altamente recomendable hacer un pasaporte lúdico para un viaje de estudios.
Hicimos un pasaporte muy simple para que descubrieran por su cuenta, en su tiempo libre, algunas cosas que no nos daría tiempo a ver en detalle todos juntos, para animarles a probar la gastronomía típica y para enseñarles a ver un poco más allá que lo que ven a simple vista. Lo vinculamos a una actividad de Instagram en la que, por grupos, debían subir fotos para que los profesores pudiesemos verfificar el pasaporte (las podéis ver en Instagram con el hastag #berlinipda). Y fue todo un éxito, a muchos niveles.
Para empezar fue un éxito de participación. Resultó que los alumnos eran muy “jugones” y que por las noches preferían sesiones de juegos de mesa (que yo me había llevado en la maleta) que las juergas propias de los viajes de este tipo. Así que se motivaron mucho con el pasaporte también.
También fue un éxito en aprendizaje ya que gracias al pasaporte aprendieron muchas cosas sobre lugares, platos, edificios e historia que, en principio, no habíamos previsto al organizar el viaje. Pudimos ampliar lo que visitar ya que al hacerlo voluntariamente en su tiempo libre conocían más que lo que les habíamos “organizado” en grupo.
Pero sobretodo fue un éxito a nivel de cohesión de grupo. Al estar organizado en equipos era imprescindible cooperar entre ellos para conseguir alcanzar el nivel PRO, y muchos cooperaban con otros equipos explicándoles con orgullo lo que habían encontrado intentando completar el pasaporte. Se producían algunos “piques”, pero con muy buen rollo.
Visto des de la distancia, el recuerdo es maravilloso. De hecho, les pregunté hace unas semanas a los ya exalumnos, qué les había parecido la experiencia y me dieron respuestas como éstas: “Nos ayudó a conocer más a fondo la cultura de Berlín”, “Fue muy divertido descubrir solos esos lugares”, “Nos permitió conoce más a fondo la ciudad”, “Nos regaló muchos momentos de risas y buenos recuerdos”, “Fue muy divertido”, “Era muy original y me gustó mucho”…
Los profes también lo pasamos en grande con la experiencia, puesto que participábamos como un equipo más. Era muy gracioso ver cómo al darles tiempo libre nos seguían a escondidas para encontrar algunos rincones que les estaban costando, ver qué hacíamos y a dónde íbamos…
Así que, aunque a priori puede parecer que no les va a gustar, o que se van a ver muy mayores para este tipo de actividades, la experiencia no pudo ser más positiva para todos.
Razones para hacer un pasaporte lúdico en un viaje de estudios
- Fomentas su autonomía
- Les ayudas a vivenciar la ciudad
- Cooperan entre ellos (trabajo en equipo)
- Fomentas su creatividad
- Aprenden sin darse cuenta
- Generas recuerdos imborrables
- Les enciendes la “chispa” de la actitud lúdica
- Aprovechan más y mejor su tiempo libre
- Aumenta su motivación para aprender
- Les queda un recuerdo físico del viaje
- Estimulas su curiosidad
En el próximo post os detallo en qué consistía el pasaporte, cómo hacer uno y os enseño el nuestro por si inspira a alguien. Pero creo que ha quedado más que claro que es una experiencia muy recomendable, también para adolescentes. Además, he de deciros que de la experiencia de este viaje y de este pasaporte nació la idea de montar la ludoteca en el instituto, así que todo lo que salió de ahí fueron cosas buenas.
¿Has hecho alguna vez un pasaporte lúdico? ¿Te animarías a probar? ¿Qué otros beneficios le ves? Me encantará conocer tu opinión en los comentarios 😉
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